JESÚS MANUEL GARCÍA. Un espacio reducido como el del Archivo de la Catedral de Ourense es al mismo tiempo un foco de primera importancia documental histórica en Galicia y también en España. Así lo prueba la calidad de este patrimonio gallego que acaba de ser reconocida por la Unesco dado que en esta magnífica catedral se conserva, entre otros, el Mandato de Alfonso IX, rey de León, remitiendo a Alfonso, Obispo de Ourense, copia de los textos legales de las Constituciones de las curias regias de 1188 y 1194 para su cumplimiento como legislación general del reino. Dicha pieza se guarda con la signatura Privilegios I, nº 51.
Dicho documento pasa a formar parte del Registro Internacional de la Memoria del Mundo. Tal es su importancia. Desde el Ministerio de Educación y Cultura se ha efectuado el agradecimiento al Cabildo catedralicio auriense debido a las facilidades dadas para que en ese registro de prestigio mundial figure el preciado pergamino del archivo de la sede de San Martiño. Se trata de un documento clave en la historia de las instituciones parlamentarias.
La riqueza ingente que es el Archivo de la Catedral de Ourense, conocido en el mundo científico con las siglas ACO, hace que el primer templo diocesano sea un centro de investigación científica. Según su director, Miguel Ángel González, al menos en estos momentos se están realizando tres tesis doctorales en el departamento de Historia Medieval de la Universidad de Vigo. No es posible conocer la historia de Ourense y aún de Galicia si prescindimos del contenido rico del citado archivo ourensano. En él se conservan documentos varios desde el siglo X hasta la actualidad. Destacan fragmentos del Códice Calixtino que también tuvo esta sede así como partituras musicales con distintas notaciones medievales, o las del siglo XX las cuales, según el musicólogo padre Calo, forman quizá la colección de partituras del pasado siglo más completa que haya en una catedral española.
El ACO se ubica sobre la Claustra Nova, ocupando además, parte del edificio anexo al sur de la catedral, donde se hallan también las dependencias capitulares. Una de sus salas se halla justo en el ángulo que forman el brazo sur del transepto con el cuerpo principal de la cruz que describe la planta de esta basílica cuya consagración de su altar mayor tuvo lugar en aquellos tiempos de los que habla el ahora reconocido internacionalmente documento.
Nunca se termina de conocer a fondo la inmensa riqueza que supone la Catedral ourensana, en la que se funden la belleza de su arquitectura y centenares de obras de arte repartidas en mil y una zonas de esta mole pétrea con la belleza intelectual que duerme en centenares de documentos en pergamino y papel allí custodiados. El edificio sigue siendo foco de atención de la Xunta para invertir más dinero con el que realizar las debidas restauraciones que necesita, entre ellas la de la modificada fachada norte del transepto donde se ubica el portal norte, o las rejas que fueron de la capilla mayor y del coro, que hoy podemos ver delimitando al norte y al sur el espacio celebrativo presidido por la mesa del altar, rejas monumentales de Juan Bautista Celma.
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