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La sublime verticalidad del portal de la catedral de Tui

Este portal gótico está considerado como la primera manifestación de dicho estilo en Galicia. FOTO: J.M.G.
Este portal gótico está considerado como la primera manifestación de dicho estilo en Galicia. FOTO: J.M.G.

JESÚS MANUEL GARCÍA. Conoceremos hoy el primer ejemplo de arte gótico en Galicia. Nos referimos al pórtico de la catedral de Tui en su fachada occidental. Data del siglo XIII, la documentación habla de él o se refiere a él en el año 1225 y a finales de dicha centuria se menciona una protesta vecinal ante el «portal novo» de la sede episcopal. Serafín Moralejo considera que este pórtico tudense daría un vuelco a la plástica del gótico en la Península Ibérica. Y ello porque en el portal prima una verticalidad acentuada que nos llama la atención y que le aporta esbeltez, también las estatuas columna o los registros superpuestos que van ordenando el conjunto y permitiendo un discurso coherente sin rupturas. Esto es lo que hace que el aspecto iconográfico de este portal tenga, según Moralejo, escasos precedentes en nuestra tierra.

   Vemos además que las arquivoltas del conjunto están trazadas mediante arcos apuntados, arcos ojivales que proporcionan al portal más movimiento ascensional, mayor verticalidad. Yzquierdo Perrín señala que es la portada más abocinada y decorada en el gótico gallego. La ornamentación es predominantemente vegetal valiéndose de cuadrifolios y hojas junto a frutos.

   Si nos fijamos en las estatuas columna Moralejo las fue identificando de modo que, empezando por la primera de la derecha en el lado derecho, se halla Salomón con le templo que porta en sus manos. Bejo sus pies vemos al enano Marcolfo, que también está presente en el portal románico de la fachada norte de la catedral ourensana, al lado de la escena en la que se hacen presentes Salomón y la Reina de Saba.

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De derecha a izquierda: Salomón, Reina de Saba, ¿Jeremias? y ?¿Daniel? FOTO: J.M.G.

  Al lado de Salomón, el portal de Tui nos muestra a la Reina de Saba, con la que parece estar hablando, en esa disputatio filosófica. Marta Cendón nos dice que ya atribuían la segunda escultura a la citada reina Mayer en 1925 y posteriormente el profesor Moralejo.

   Se caía así la teoría de que pudiera representar a la reina Urraca y el monarca, a Fernando II, como sostuvieron otros investigadores, o incluso que fuesen Fernando III y Berengela o, como creía Manuel Murguía, que pudiera tratarse de Santa Eufemia y Salomón.

  La tercera escultura exhibe un crucifijo en las manos. Moralejo defiende que se trata del profeta Jeremías, que está anunciando a Cristo pero resulta que ese crucificado tiene tres clavos, lo que supone algo inédito en Galicia y, según el ilustre profesor, en España.

   El mismo investigador no descarta que también pudiese estar representando al profeta Isaías. No creamos que ha sido fácil identificar a lo largo del tiempo a este personaje pues hubo interpretaciones varias, desde quienes creían ver en él a San Pablo a quienes pensaban que se trataba de San Buenaventura o San Andrés.

  Cendón no descarta que estemos ante un caso de contaminación de repertorios, algo frecuente en el arte medieval. Pasemos ahora a observar la cuarta talla del lado derecho del pórtico, la que más próxima se halla de la puerta.

  Vemos a un varón sin barba, de aspecto joven que sostiene una cartela y a sus pies se deja ver un dragón. O bien se trata del profeta Daniel o bien del apóstol Juan. Defensor de la primera opción es Moralejo. En Ourense, sin ir más lejos, también podemos ver a dos personajes joviales, precisamente Daniel y Juan.

De izquierda a derecha: Moisés,
De izquierda a derecha: Moisés,¿Isaías?, San Pedro y Juan Bautista. FOTO: J.M.G.

  Pasamos ahora al lado izquierdo del portal y empezamos nuestro recorrido de izquierda a derecha. La primera escultura no ofrece duda porque el personaje exhibe las tablas de la ley, por tanto, estamos ante Moisés. Autores como Mayer hablan de influencia de la misma escultura que se muestra en la catedral francesa de Senlis o incluso del Moisés del portal norte de Chartres.

   El siguiente profeta porta en sus manos cartela y podría tratarse de Isaías, si el que vimos en el lado derecho fuese Jeremías. Vemos ahora el tercer personaje, de inconfundible identificación pues tiene en sus manos el poderoso símbolo de las llaves del Cielo. Es el príncipe de los apóstoles, San Pedro, con cuyas llaves puede abrir o cerrar las puertas celestiales. Pero porta, además, el libro del Evangelio.

   La última escultura parece representar a Juan Bautista y junto a ella está presente el Cordero.

  Pongamos la mirada ahora sobre el tímpano de tan magnífico portal. Se configura mediante dos niveles. Empezamos por el inferior, que leemos de derecha a izquierda. Así lo primero que se representa es la Anunciación, a continuación la Natividad y por último el anuncio del ángel a los pastores. El nivel superior hay que seguirlo de izquierda a derecha y percibimos a los tres Reyes Magos ante el rey Herodes, luego la visita real al Portal de Belén o Epifanía. Hay un detalle singular que refuerza la unidad de todo el relato, aparte de la linealidad en la colocación de las escenas. Se trata de personajes que se integran en más de una escena. En el nivel inferior, San José está presente tanto en el anuncio a los pastores como en la escena de la Natividad, forma parte de las dos en este portal tudense. Y arriba sucede algo similar con un rey mago que tanto está en la escena con Herodes como en la de la adoración al Niño.

El dintel se lee de izquierda a derecha. FOTO: J.M.G.
El dintel se lee de derecha a izquierda. FOTO: J.M.G.

 

Escenas del tímpano, coronadas por una arquitectura que alude a la Jerusalén Celeste. FOTO: J.M.G.
Escenas del tímpano, coronadas por una arquitectura que alude a la Jerusalén Celeste, que se leen de izquierda a derecha. FOTO: J.M.G.

  No perdamos en ningún momento otros detalles evidentes en este discurso medieval gótico. El nivel inferior, tallado en el dintel, está coronado por arquitecturas en una franja que presenta tres arcos trilobulados que acogen a seres celestiales. Y sobre el nivel superior o tímpano, vemos igualmente que está coronado por una gran arquitectura de varios niveles y tres torres que sobresalen sobre las escenas neotestamentarias, enmarcadas estas bajo otros arquillos lobulados. Y es que por encima de dichas escenas alusivas al nacimiento de Jesús campea la Jerusalén celeste, campea el cielo, el más allá de la vida terrena y el fin último para el que estamos aquí, de acuerdo con la doctrina de la Iglesia, sabiduría materializada en la piedra de la obra gótica.

El pórtico se culmina con siete arquivoltas apuntadas que le aportan un aspecto abocinado único en Galicia. FOTO: J.M.G.
El pórtico se culmina con siete arquivoltas apuntadas que le aportan un aspecto abocinado único en Galicia. FOTO: J.M.G.

  Cendón considera que en este pórtico permanecen las huellas del trabajo de varios talleres de escultores, no solo de los seguidores del de Mateo. Basa esto en que el dintel se inspira en el del Juicio Final de la catedral de Laon, como sucede, señala, con las estatuas columna del lado izquierdo. El grupo de esculturas del lado derecho podría haber recibido influencias de la catedral de Sens y de la de Chartres. En otros detalles como los arquitectónicos ya citados, que se consideran la primera representación de un paisaje en el arte gallego, podrían seguir lo que Moralejo denominó una ingenua llaneza provinciana» que evidentemente nada tiene que ver con lo que llegaba de Francia.

   Es además palmario el influjo del taller del Maestro Mateo, por ejemplo, en las pequeñas columnas que dividen las tres escenas bajo los arcos lobulados, o los ángeles que lucen libro y cartela en los apoyos del dintel o la representación arquitectónica de la Jerusalén Celeste.

El magnífico portal gótico está protegido por otro de planta cuadrangular que tiene tres grandes arcos apuntados. FOTO: J.M.G.
El magnífico portal gótico está protegido por otro de planta cuadrangular que tiene tres grandes arcos apuntados. FOTO: J.M.G.

   Tanta maravilla artística aquí concentrada se protege de la intemperie mediate un pórtico de planta cuadrada que sobresale de la fachada catedralicia y consta de tres grandes arcos ojivales y que se cubre mediante una bóveda de crucería simple, cuatripartita. No olvidemos que tanta ornamentación con mensaje claro en la puerta de entrada a la cosmología de la catedral se debe a la fuerza simbólica del pórtico, que no es otra que representar al propio Cristo, puerta misma del Cielo. El mundo, tras la puerta, se transforma, ya no es este mundo sino algo maravilloso, que se encarga de recordarnos con todo su poderío el espacio interior de la catedral. De toda catedral medieval.

 

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