Aceptan el transporte interno y los servicios auxiliares sin presencia de los polémicos Tigas
Buscarán la reversión también del servicio de almacén, hoy en manos de una firma privada en todos los hospitales de Galicia
JESÚS MANUEL GARCÍA. Por mayoría absoluta los celadores del CHUVI aprobaron la propuesta que les hizo el Sergas en la entrevista que el martes pasado tuvieron con el conselleiro de Sanidade en Santiago. El salón de actos del Álvaro Cunqueiro estuvo abarrotado de profesionales de este colectivo que dieron el sí a que se prescinda de los Tigas en el transporte interno en el hospital y en el servicio auxiliar. Miguel Estévez, portavoz de los celadores, les comunicó con detalle el contenido de la reunión del martes. Les dijo que hicieron ver al conselleiro que el trabajo de los Tigas, aparte de ser una duplicidad del que ya vienen haciendo los celadores, ha dado muchas incidencias desde que empezaron a trabajar, varias de las cuales son graves. Ello se debe a que esos trabajadores con contrato privado son inexpertos en estas tareas, «no conocen el mundo sanitario», en palabras de Estévez. La excepción que les puso el conselleiro fue que los celadores seguirán sin poder trabajar en el almacén y tampoco podrán hacer el transporte de la esterilización al exterior.
Almuiña les había comunicado que el almacén está en manos de una empresa privada debido a un convenio firmado para todos los hospitales públicos de Galicia. Y que el transporte del material de esterilización se había puesto en manos de una empresa privada por razón de costes y mantenimiento de personal que la Xunta no puede asumir. «Mantenemos la historia clínica y el archivo, son pasos muy importantes», les dijo el portavoz. Al mismo tiempo contó que entregaron al conselleiro más de 22.000 firmas recogidas en Vigo, para que le conste. Por tanto, se revierte el servicio que hasta ahora estaba recomendado a los Tigas, que quedan eliminados. «Le dijimos que con los medios actuales la plantilla de celadores es corta. Queremos plantillas adecuadas», indicó el portavoz.
Una vez aprobada esta propuesta a modo de preacuerdo, se trasladará a la Junta de Personal para articular un texto en el que no queden flecos. La Xunta quiere que todo esto quede solucionado antes del 30 de noviembre. «No dejemos pasar esta oportunidad», indicó Miguel Estévez a los presentes. Tras la asamblea de hoy se pasó comunicación al gerente de la EOXI de Vigo.
En la asamblea estaba presente el presidente de la Junta de Personal del CHUVI, Ángel Cameselle, quien expuso que la gran manifestación habida en Vigo en septiembre, las diversas protestas habidas en el HAC, provocaron el cese de la conselleira de Sanidade Rocío Mosquera, el de Ana Sánchez, responsable de la Oficina de seguimiento de las relaciones del Sergas con la empresa concesionaria del hospital, además de otras dimisiones, todo ello ayudó a lograr este preacuerdo. «Quedan flecos que hay que pelear. Hay que ver el margen que se negocia y cómo se plasma por escrito. Hay que hacerlo desde la Junta de Personal. En Vigo hay Tigas porque hay una empresa que viene a ganar dinero». Añadió Cameselle que el gerente de Vigo «es de poco fiar, es un ideólogo para privatizar la sanidad» e insistió en que es «poco respetuoso con el trabajo de los celadores». Insistió en que el acuerdo a firmar debe exponer el número de empleos y los plazos de marcha de los Tigas. Calificó la propuesta del Sergas de «positiva a corto plazo».
Tanto Cameselle como otros celadores que tomaron la palabra dijeron que no hay que fiarse de los políticos y lamentaron que este colectivo no tenga cualificación profesional, tema que habrá que tratar con el Sergas más adelante pero del que ya ofrecieron un adelanto a Almuiña el pasado martes.
Hay un sentir general de que los celadores tienen que acabar trabajando también en el almacén del hospital, como hacían antes. «Se puede revertir el almacén. El conselleiro no es nadie para decirle a un funcionario qué tiene que hacer. La Ley está con nosotros», indicó otro celador. La mesa negó que se hubiese limitado a rubricar en Santiago un tratado de paz, como le achacó otro celador. «El almacén es un problema de Galicia pero hay que luchar por él», apuntó Cameselle desde su butaca. Al final se decidió construir un buen acuerdo y, a partir de ahí, seguir conquistando peldaños. Los celadores están unidos y se sienten orgullosos de su fuerza. Aseguran que van a firmar un convenio con todas las garantías, no un cheque en blanco.
Por mayoría absoluta apoyaron esta iniciativa con la esperanza de que «sea un inicio de lucha por objetivos mayores», manifestó Estévez. Antes de abandonar el salón aún hubo dos votaciones, una para pedir la dimisión de los jefes de subalternos del HAC y del Meixoeiro. Aquí hubo 35 votos a favor, 7 en contra y una abstención numerosa. Otra votación fue para pedir la dimisión del gerente, que resultó afirmativa por mayoría aplastante.
Sé el primero en comentar