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OPINIÓN. Se cuenta y no se cree

JESÚS MANUEL GARCÍA

 Con razón, con toda la razón del mundo, el Defensor del Paciente ha clamado al cielo y ha puesto en conocimiento de la fiscal jefe de Vigo el asunto desgraciado del reventón de una tubería de aguas fecales en el servicio de Urgencias del Álvaro Cunqueiro de Vigo. Y es que esto no puede seguir ocurriendo. No puede ser que un día tras otro pasen cosas que no deberían producirse en un edificio nuevo como este, pues se supone bien construido. Hay obreros que dicen que para que quedase perfecto se necesitarían otros dos años de trabajo. Sea como fuere, la Xunta tuvo prisa en hacer el traslado de material y servicios a este nuevo centro y pasa lo que no debería darse. Es que se cuenta y no se cree si no fuese que es verdad.

 Martes, última hora de la tarde, acabando una manifestación de miles de ciudadanos que, aún no estaban aplaudiendo el remate de esa protesta pacífica cuando saltó la nueva de que en la zona de críticos de Urgencias llovió agua sucia, agua fecal. Panorama bochornoso porque no pueden seguir sucediendo estas cosas en un hospital, en un edificio público que pagamos todos y que pagaremos por años. ¿Y si llega a «duchar» a algún paciente crítico? Todo esto da una muy deficiente imagen del hospital, porque representa un riesgo para la salud y la vida de los pacientes y también de los profesionales que allí trabajan, como bien dice el Defensor. Las prisas nunca fueron buenas, dice esta frase hecha, mas llena de verdad. Vamos a acabar teniendo la percepción de que este edificio fue hecho a la carrera, que es de pacotilla, de mala calidad y no sé cuántas cosas más. Ya está bien, señores de la Xunta y de la UTE. ¿Qué será lo próximo?

  ¿Y qué decir de las comidas? Todos nos equivocamos, personas físicas y jurídicas. Pero incluso aquí ya vamos bien servidos de anomalías: exceso de sal donde no deben consumirla, productos en dudoso estado, menús quemados y ¡hasta un gusano! ¿Es este el rigor con el que se dice trabajar? ¿En manos de quién o quiénes estamos poniendo las cosas de todos? No basta con maquillajes y márqueting vario, hay que evitar los errores. Es menester exigir de palabra y de hecho un rigor que en un hospital es cosa muy seria. Aplíquense el cuento y sean más eficientes. Madres hay  que muestran su preocupación porque la misma empresa a la que se le cuelan gusanos en sus menús es la misma que alimenta a sus hijos en el colegio. ¡Ya está bien! No tiene gracia.

Los vigueses están muy sensibilizados con el Álvaro Cunqueiro, aunque algún despistado aún diga que no está pasando nada, que todo se reduce a que ciertos trabajadores no pueden salir de cafetería o a hacer compras como, según este taxista, sucedía en el Xeral. No se trata de eso y no estamos hablando de un centro comercial sino de su hospital de referencia. Vaciado el Xeral, el nuevo edificio de Beade es su máximo centro hospitalario, que no es baladí. De los vigueses y de su área metropolitana, en números redondos, de medio millón de personas. ¿Será posible ver funcionar sin estas estridencias el HAC? Y otra más, ¿quién se llevará, si se lleva, las camas y el mobiliario que quedó en el Xeral? The answer is blowing in the wind.

Publicado enOpiniónSanidadVigo

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