La historia de tres hermanas de O Ribeiro en el Foro Shakespeare de la capital mexicana
«Las Touza» lleva por vez primera a escena la acción humanitaria de las protagonistas de Ribadavia, con dramaturgia de Alfonso Cárcamo
JESÚS MANUEL GARCÍA. Tal como adelantó este medio el pasado mes de agosto, O Ribeiro estará presente hoy en Ciudad de México porque allí se va a estrenar hoy, a las 20.00 horas de allá, la obra Las Touza, de Alfonso Cárcamo bajo la dirección de Carla Soto, con las actrices Laura Aréchiga, Adriana Focke, productora general y Sandra Garibaldi. Habrá otras funciones los días 11, 18 y 21 de este mes. Este proyecto teatral mexicano «apela al rescate de los valores universales como la solidaridad la compasión y el sentido de ayuda a través de una historia verídica que se desarrolla en la España franquista y durante la Segunda Guerra Mundial», dicen los responsables de la producción.
La puesta en escena muestra a las hermanas Touza, rigiendo un «peculiar» casino en el que «se jugaba a las cartas, había un salón de baile y traficaban con cargamentos de café, pero también daban de comer y ofrecían ropa a gente que se veía obligada a emigrar en busca de trabajo». A la vez regentaban un quiosco frente a la estación de Ribadavia, con lo que estaban al tanto de la clandestinidad de la guerra, siendo la cantina el escondite que utilizaban para guardar el café que conseguían de contrabando y que, posteriormente, se convirtió en la guarida perfecta para salvar judíos que huían de la guerra», se lee en la documentación de GlobalArt, que es un grupo de artistas de diferentes disciplinas comprometidos con la difusión, promoción y la gestión cultural. La duración de la obra es de 90 minutos con intermedio y no es apta para menores de 12 años.
Las Touza eran las hermanas Lola, Amparo y Julia, naturales de la capital de O Ribeiro, que se distinguieron por pasar clandestinamente a perseguidos por el nazismo. Lola tejió la red clandestina de salvamento mientras Amparo y Julia se dedicaban a desviar hacia Portugal cuando llegaban a Galicia cuantos huían de ser gaseados y perseguidos por Hitler. Ella se valía del apoyo de un taxista familiar: José Rocha Freijedo, y también de Javier Míguez ‘El Calavera’. Cuando llegaba un tren de viajeros, Lola atendía a los que descendían del tren, escondiéndolos en su casa donde les proporcionaba alimento y descanso hasta la llegada de la noche, cuando partían hacia Portugal.
Libro
El recuerdo de estas mujeres queda para siempre en el pequeño libro de memorias de Antón Patiño Regueira y ahora también van a ser dadas a conocer a través del teatro al otro lado del Atlántico. Incluso serán motivo de una novela de la autoría de Vicente Piñeiro, editada por Toxosoutos bajo el título Lola Touza, la Schindler Gallega.
Como dice Laura Aréchiga «¿Quieres saber cómo rescatamos a más de 500 judíos y republicanos sin que Hitler ni Franco sospecharan algo? Ven a cenar con nosotras los viernes a las 8:00 en el Foro Shakespeare. Somos LAS TOUZA«. En México!
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