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Escenografía barroca en el patín norte de la catedral de Ourense

Escenografía en el patio norte con la balaustrada elegante. FOTO: J.M.G.
Escenografía en el patio norte con la balaustrada elegante. FOTO: J.M.G.

JESUS MANUEL GARCÍA. Conoceremos un espacio exterior de la catedral de Ourense no exento de belleza. Nos referimos al Patín Norte, que da a la calle Juan de Austria. Un espacio a modo de atrio que permite acceder a la catedral. A este patio se llega por una escalinata barroca cuyos tramos discurren a ambos lados de una peineta frontal que aporta escenografía propia de su estilo al conjunto.

  En esta zona del exterior catedralicio trabajó el monje de Celanova Fray Plácido Iglesias, maestro de obras en su cenobio. Limia Gardón nos dice que este benedictino habría realizado las trazas en 1785, encargándose de la obra Baltasar Gamayo. La escalera posee en la entrada decoración con espirales a ambos lados y un diseño que nos hace recordar la escalera imperial. Pasamos la verja y caminamos por un espacio recto hasta el muro frontal o peineta, cuyo tímpano presenta perfiles convexos y un pináculo al centro que le da verticalidad. Según este autor, ese remate nos recuerda mucho al de la fachada del monasterio de Oseira, fruto de la “progenie artística del gran maestro del Barroco compostelano Fernando de Casas y Novoa”.

Laudas sepulcrales a la espera de un estudio completo. FOTO: J.M.G.
Laudas sepulcrales a la espera de un estudio completo. FOTO: J.M.G.
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Detalle de una de las laudas, mostrando un caballero. FOTO: J.M.G.

   Una vez arriba, en pleno patio, contemplamos una puerta con arco de medio punto que, ubicada al lado de la torre de las Campanas, permite alcanzar el interior de la catedral por la nave lateral norte. Puerta y patio se hallan habitualmente fuera de uso y del recorrido turístico. En este espacio externo se aprecian tres tramos medievales de la basílica, con contrafuertes conectados entre sí mediante arcos al modo como sucede en Compostela.

Una de las gárgolas zoomorfas que sobre la nave lateral norte del templo. FOTO: J.M.G.
Una de las gárgolas zoomorfas que sobre la nave lateral norte del templo. FOTO: J.M.G.

   En cada tramo, un vano correspondiente con la nave lateral norte. Se ve el cuerpo saliente de la capilla del Rosario y el patio se cierra, al este, con el edificio añadido de la capilla del Santísimo. Estos tramos que observamos tienen su continuación hacia el este u oriente, lo que ocurre es que las capillas, tanto del Santísimo como de San Juan, impiden verlos. Pero al acceder a cada una de ellas se aprecia perfectamente que están adosadas al muro norte del templo.

Los contrafuertes unidos por arcos delimitan tres tramos de las naves de la catedral. FOTO: J.M.G.
Los contrafuertes unidos por arcos delimitan tres tramos de las naves de la catedral. FOTO: J.M.G.
Detalle del muro norte ahora formando parte del interior de la capilla del Santísimo. FOTO: J.M.G.
Detalle del muro norte ahora formando parte del interior de la capilla del Santísimo. FOTO: J.M.G.

   A lo alto observamos tres gárgolas que precisan restauración. Recogen las aguas que caen desde el tejado de la nave mayor al de las laterales, en este caso a la lateral norte.

Detalles de la peineta de la escalera, vista por su parte posterior. FOTO: J.M.G.
Muro de la peineta, con curvas y contracurvas enmarcando el pináculo que lo preside. FOTO: J.M.G.
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Parte posterior del muro de la peineta, con un banco de piedra. FOTO: J.M.G.

   Apoyadas contra el muro del templo hay una veintena de piezas de piedra, dovelas de arcos medievales y laudas sepulcrales que durante años sirvieron como pavimento de las naves. Cuando se cambió la piedra del pavimento de la catedral, a los pies de la misma fueron halladas piedras que, al ser volteadas, mostraban grabados de caballeros, báculos, etc, signo de que en su día cubrieron sepulcros. Hoy forman parte de la colección epigráfica del templo, pendientes de estudio y de su exposición en las debidas condiciones. Las hay con caracteres góticos, con elementos heráldicos…

Piezas de la colección epigráfica catedralicia. FOTO: J.M.G.
Piezas de la colección epigráfica catedralicia. FOTO: J.M.G.

   De este patio forma parte también la campana rasgada o de las horas de la que ha hablamos en otra entrada anterior dedicada a las campanas de esta catedral. Es un instrumento voluminoso que permanece en esta zona, como las campanas de la torre del reloj de la catedral compostelana, expuestas en el claustro, espacio arquitectónico inexistente en Ourense.

   Las vistas desde este espacio son dignas de tener en cuenta, sobre todo en días de sol, por el efecto escénico que se ofrece entre tanta piedra y balaustradas barrocas con pináculos del mismo estilo que se retuercen formando claroscuros.

Una de las campanas del templo, inservible, se guarda en este patio. FOTO: J.M.G.
Una de las campanas del templo, inservible, se guarda en este patio. FOTO: J.M.G.

   Por este espacio abierto vamos caminando, bordeando la torre mayor, hasta llegar al ángulo noroeste del templo, sobre el cruce de Juan de Austria con Tendas. Desde allí se ve el estrecho pasadizo que llega a la fachada de occidente, terminando en la puerta de la izquierda, que se corresponde con la nave del evangelio. No se puede alcanzar ya que por motivos de seguridad, no hace muchos años que el cabildo decidió colocar una verja en forma de abanico. La vista hacia Santa Eufemia es grandiosa, como grandioso es el aspecto que ofrece la torre mayor observada desde sus pies.

Pasadizo hacia la fachada occidental de la basílica. FOTO: J.M.G.
Pasadizo hacia la fachada occidental de la basílica. FOTO: J.M.G.
La torre mayor vista desde el patio norte. FOTO: J.M.M.
La torre mayor vista desde el patio norte. FOTO: J.M.M.

Desde el nivel de la calle no es posible hacerse a la idea del espacio que ocupa el patio, que va bordeando la fachada norte del edificio hacia el oeste, donde se estrecha. La línea de la balaustrada junto con la de las casas de la calle, crea un ambiente especial en este espacio abierto y soleado por las tardes, infernal en verano, y más agradecido al atardecer. Un toque barroco junto a un edificio medieval en el que, por supuesto, los diversos estilos conviven muy bien.

Publicado enCatedral de OurenseOurensePatrimonio

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