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Jugando al latrunculi en la catedral

Uno de los tableros que permiten doble juego. FOTO: J. M. G.
Uno de los tableros que permiten doble juego. FOTO: J. M. G.

JESÚS MANUEL GARCÍA. La calidad de los juegos de tablero que se conservan en las piedras de la bancada del muro sur de la Catedral de Ourense presenta una calidad alta y forma un conjunto lúdico único, como atestigua el arqueólogo José Manuel Hidalgo Cuñarro, que promueve la catalogación de los juegos de tablero medievales que se conservan en diversos monumentos de la Península Ibérica. El proyecto preveía incluir grupos de arqueólogos e historiadores del arte antiguo y medieval de España y Portugal para llevar adelante un catálogo con el estudio detallado de cada tablero para apreciar nuevas modalidades desconocidas y comprobar las variantes que pueda haber y hay de un mismo juego. Tan solo en Galicia están documentados algo más de medio centenar de tableros que no eran otra cosa más que juegos de estrategia militar. Están tallados en piedra, y los más antiguos conocidos pertenecen a épocas de la romanización y sus nombres son las tabula latruncularia, para jugar al latrunculi . Estos elementos se pueden dar en rocas cercanas a puentes y en lugares que están relacionados con la espera, es decir, cerca de molinos de agua o en edificaciones militares. Buena parte de ellos grabados en la roca donde se asentó en su día la fortaleza; en puntos de reunión vecinal y en edificios religiosos como la Catedral de Ourense, que posee seis tableros. Cinco se ven sobre la bancada que discurre pegada al muro de la nave lateral sur, a los pies del templo. Se trata de un tablero del juego del alquerque de doce, de 42 x 36 centímetros y otro igual, de 17 x 13 centímetros; un tercer tablero, este para el juego del latrunculi, de 33 x 31 centímetros, dividido en 25 pequeños cuadrados. Hay otro tablero para el alquerque de nueve, de 29 x 25 centímetros con dos cuadrados inscritos más reducidos. Es un ejemplar de doble uso al hacer posible el jugar, además, al tres en raya.

Detalle del bancal de la nave sur donde se asienta la importante colección de tableros de juego de la catedral. FOTO: J. M. G.
Detalle del bancal de la nave sur donde se asienta la importante colección de tableros de juego de la catedral. FOTO: J. M. G.

   En esta catedral existe otro tablero de alquerque de nueve, de 16 x 16 centímetros. Y aún hay un sexto grabado en un peldaño de la escalera de caracol que conduce al paseo de ronda del crucero desde el brazo sur del transepto. Su estado no es bueno. Los tableros de la nave sur se datan en los siglos XII y XIII y Cuñarro cree que el de la escalera citada puede datar del XV o del XVI, aunque ciertamente ese husillo es del siglo XII. Este tablero lúdico más parece un grafiti porque no está tan bien trazado como los demás. Todo ello demuestra que en la catedral, siglos atrás, también se practicaba el juego, teniendo en cuenta lo recóndito del lugar pues no era posible ver la ceremonia en la capilla mayor al ser tapada por la estructura del coro en la nave central. Y si a ello se sumaba la iluminación deficiente, más reserva pues para jugar. En Ourense hay otro tablero en una piedra junto a una cornisa del Museo Arqueolóxico, antiguo pazo episcopal, que se corresponde con un alquerque de nueve. Hay otro tablero de este juego en el muro externo norte de la iglesia de Touza, Taboadela, en un sillar reutilizado. Y en el exterior de la de Gomariz. En el santuario de Santa Mariña de Augas Santas (Allariz) existe un tres en raya en la base de una columna, diseño que se repite en una bancada junto al muro sur, por el interior. Cerca de la fachada de este templo apareció un alquerque de nueve. Y en Santo Estevo.

Este es el tablero que hay en un peldaño del husillo que conduce a las cubiertas. FOTO: J. M. G.
Este es el tablero que hay en un peldaño del husillo que conduce a las cubiertas. FOTO: J. M. G.

   Otra catedral que fue fortaleza medieval como la ourensana, la de Tui, cuenta también con tableros de juego en bancadas y subiendo al cimborrio. En este monumento fueron localizados tres alquerques de nueve en el muro sur, en las escaleras del cimborrio y en la sala capitular. Al norte de la catedral apareció un tres en raya y un alquerque de doce. En otros lugares de la provincia de Pontevedra se han encontrado estos juegos en sillares de la ermita de Nosa Señora da Renda, Combarro; en la del Divino Salvador de Poio y en la de la Carballeira de San Xusto, Cotobade. Y en Santiago. Referencias a juegos de tableros las hay en Mesopotamia pero las más interesantes para Hidalgo y su equipo son las provenientes del mundo grecorromano.

   De estos juegos habla Alfonso X en su Libro de ajedrez, Dados y tablas, en el que se alaban los juegos con participantes sentados. Se conservan reproducciones de partidas de alquerque de doce del rey sabio en las que se ven asesores armados al lado de cada jugador. «Hay algunos de estos tableros en sillares que debieron de tener otra función en vez de la lúdica. Quizás tuvieron un simbolismo importante, alusivo a la cosmología, como laberinto incluso», dice el promotor de la catalogación. Los tableros lúdicos se localizan de igual modo en zonas como Segovia, Zamora, Cataluña, Cáceres y en Portugal, en edificios como la catedral de Lisboa y la Sé Velha de Coímbra y en Tomar. Francia, Italia e Inglaterra también poseen ejemplares.

Los juegos se ubican a los pies de la basílica, en un lugar antaño muy discreto. FOTO: J. M. G.
Los juegos se ubican a los pies de la basílica, en un lugar antaño muy discreto. FOTO: J. M. G.

   Al alquerque de nueve se le llama el juego del molino. Consiste en poner tres piedras en una misma fila. Ya se conocía en Grecia y los fenicios lo expandieron por el Mediterráneo. Se practicó mucho en la Edad Media, en no pocas catedrales europeas. Las raíces del alquerque de doce parecen estar en el antiguo Egipto. «Los musulmanes lo trajeron a la península Ibérica en el siglo VII», cuenta Hidalgo. Un tercer divertimento, el Ludus latrunculorum o juego del soldado, es citado por primera vez por el escritor latino Varrón, pudiendo ser el juego más antiguo. También lo menciona Ovidido. Este juego triunfó entre las legiones romanas.

   Para saber más es recomendable consultar la riqueza de contenidos del blog Tableros romanos y medievales en el que Cuñarro va subiendo aportaciones para la investigación. Ahí se ven juegos de otras partes de Europa y de España, amén de la nutrida bibliografía.

Publicado enCatedral de OurenseCatedral de TuiOurensePatrimonio

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