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Una torre símbolo del desarrollo urbano de Vigo

El hospital al poco de su inauguración en 1955. FOTO: Cedida.
El hospital al poco de su inauguración en 1955. FOTO: Cedida.

Los comerciantes del entorno del Xeral piden la vuelta de la actividad sanitaria al edificio

La torre es propiedad del Instituto Nacional de la Seguridad Social

JESÚS MANUEL GARCÍA. Cuando con el final del verano se cerró el complejo hospitalario del Xeral, todo el entorno del mismo, empezando por los negocios de las calles adyacentes, como Pizarro, se quedó muerto. Al no haber actividad en el hospital el ambiente descendió de una manera notable, tanto en tráfico como en personas que cada día acudían a este hospital.

   Hay cafeterías que vivían del trajín de personas que a cuenta del Xeral pasaban por allí. También muchos familiares de pacientes solían bajar a esos locales a hacer un descanso. Toda esa actividad se acabó y con ello llegó la gran preocupación de todos los empresarios de esa zona de la ciudad de Vigo, porque ven peligrar sus negocios o, cuando menos, descender el volumen de los mismos. Por eso quieren que se le dé actividad al Xeral. Que se conserve actividad sanitaria en sus instalaciones en vez de quedar reducido a la nada. Y que se aproveche la torre.

La torre, en plena construcción. FOTO: Cedida.
La torre, en plena construcción. FOTO: Cedida.

   Sobre este emblemático inmueble, propiedad del INSS, se barajó reformarlo para instalar ahí todas las oficinas que en Vigo hay de dicho organismo estatal. Al final prefirieron encargar los planos de un gran y nuevo edificio a construir en el terreno de la Metalurgia, en García Barbón, argumentando que construir exnovo será más barato que reformar la torre del Xeral. También es verdad que esta forma parte de la línea de cielo de la primera ciudad de Galicia desde mediados del siglo XX, es decir, desde hace ya sesenta años. Su verticalidad en la zona alta de la ciudad parece un mástil o eje rector de cierto equilibrio, un punto de referencia, entre la maraña de construcciones que se extienden a lo largo de varios kilómetros junto al Atlántico.

   Es un edificio varias veces reformado, pero que aún así forma parte del paisaje de Vigo y no se puede tirar abajo con ligereza. Por eso el Concello defiende su permanencia. Le pasa algo parecido a la torre del edificio España en Madrid. Son inmuebles emblemáticos que crean carácter urbano y no se pueden derribar. Si están enfermos habrá que sanarlos de modo que se le hagan las reformas necesarias, por dentro y por fuera, conservando la fachada y la estructura. Muchos vecinos desaprueban la última reforma mediante placas con las que revistieron las fachadas de la torre y del edificio que la rodea, puestas con intención de frenar su deterioro, pero que realmente lo afean y hasta parecen restarle verticalidad debido a la presencia de franjas horizontales de placas que imitan la madera en medio de aquella masa verde con la que se nos presenta hoy la torre.

Otra clásica imagen de la torre a medida que avanzaba su construcción. FOTO: Cedida.
Otra clásica imagen de la torre a medida que avanzaba su construcción. FOTO: Kasado.

   Miles de vigueses vieron la primera luz de su vida en una habitación del Xeral, desde que en sus primeros años era la Residencia Sanitaria Almirante Vierna, una torre que fue la más alta de España en su época, superando al edificio de la Telefónica en la Gran Vía madrileña. En Vigo se rumoreaba que aquella mole que cada día era más elevada iba a ser un hospital para los americanos. Era el más avanzado del momento, con unas vistas espectaculares de la Ría de Vigo.

   Fue diseñado por Martín José Marcide quien trazó un edificio de 19 plantas para acoger 250 camas. La primera piedra se colocó a finales de agosto de 1941, al tiempo que se abría una exposición con la maqueta del inmueble. Este centro sanitario abrió una nueva generación de hospitales destacados por su altura. La de la residencia viguesa era la mayor y eso fue aireado sobremanera por la propaganda del régimen franquista.

   El edificio original, inaugurado el 16 de septiembre de 1955, ofrecía una estampa piramidal, pues la torre se levantaba sobre un cuerpo horizontal curvo, de dos plantas y a medida que crecía en altura iban disminuyendo algunas plantas, concretamente las cuatro últimas. El brazo de la cruz que forma la torre y que da a la fachada principal termina en un espacio curvo y acristalado vertical, al que se asoman en cada piso las salas de estar de los pacientes. También evoca, de algún modo, aquel proyecto metropolitano ideado años atrás por el gran Antonio Palacios, que preveía grandes y solemnes torres en el entorno del monte de O Castro. Es esta torre un símbolo inequívoco del Vigo próspero y que, ya sea con actividad hospitalaria o de otra índole, debiera acondicionarse pero nunca echarla abajo. Sesenta años de la historia de la ciudad y de sus gentes están ahí, en ese rascacielos sobre la finca de Santa Rita.

Para saber más acerca de esta torre, puede consultarse:

-ARMESTO FAGINAS, J. F. : 50 Aniversario da residencia ao Hospital Xeral, Vigo, Complexo Hospitalario Universitario de Vigo, 2005.

-Acerca de la reforma de las fachadas con las placas verdosas ver Proyecto de rehabilitación de fachadas del Hospital Xeral de Vigo

Publicado enArquitecturaSanidadVigo

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