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En el corazón del Campo Laudable de Alcalá

Urna que contiene los restos de los santos niños Justo y Pastor, martirizados allí mismo en el siglo IV. FOTO: J.M.G.
Urna que contiene los restos de los santos niños Justo y Pastor, martirizados allí mismo en el siglo IV. Esta urna es del siglo XVIII. FOTO: J.M.G.

JESÚS MANUEL GARCÍA. Nos fijaremos hoy en un lugar especial para Alcalá de Henares. Su corazón espiritual que se halla en la cripta de la Catedral Magistral, donde reposan los restos de los santos niños Justo y Pastor, patronos de la ciudad complutense. Esta catedral se alza sobre el denominado Campo Laudable cuyo origen está en un martyrium dedicado a los dos niños, que data del siglo V. En tiempos de los visigodos se construyó una basílica y, al ser reconquistada la ciudad se construyó una iglesia dedicada a San Justo. Del siglo XIII es un edificio románico que no se descarta tuviese influjo mudéjar y fue en el XV, concretamente en el año de 1497 cuando bajo el impulso del cardenal Cisneros se empezó a levantar el templo que hoy vemos, el único del mundo, junto con la catedral de Lovaina, que lleva el título de Magistral.

Magnífica puerta renacentista de acceso a la cripta desde el sur. FOTO: J.M.G.
Magnífica puerta renacentista de acceso a la cripta desde el sur. FOTO: J.M.G.

   Entramos por la espléndida puerta occidental y caminamos por las naves laterales hasta la capilla mayor. Una vez allí observamos un acceso enrejado a la cripta. Descendemos los pocos peldaños y llegamos a un espacio bajo el lugar donde antaño se ubicaba el altar mayor. Vemos en esta catedral una influencia toledana, es decir, el altar mayor sobre una pronunciada escalinata. Bajo esta se ubica la cripta. Hoy sobre la escalinata no se halla la capilla mayor pues el altar se ha colocado a escasos centímetros del pavimento de las naves, en el centro del crucero.

Puerta de acceso a la cripta desde el norte. FOTO: J.M.G.
Puerta de acceso a la cripta desde el norte. FOTO: J.M.G.

   Nada más situarnos en la cripta, a un lado observamos la piedra de la que la tradición dice que fue donde mataron a los santos niños. En el lado opuesto, el espacio para la urna de plata que contiene los huesos de los dos pupilos que eran hermanos. El prefecto Daciano, siguiendo órdenes de Diocleciano, llegó a Hispania donde alcanzó la ciudad de Complutum. Aquí hizo público el edicto del emperador. Dice la tradición que dos niños, Justo y Pastor, salieron de la escuela para correr hacia el lugar donde estaba el prefecto, al que quisieron ver para dar testimonio de su fe, con el consiguiente desacato al emperador. Al parecer el prefecto quiso ganarse a los niños y como no consiguió que dejasen de reafirmarse en su fe cristiana, mandó azotarlos, resultando los niños muy lesionados, con abundante emanación de sangre. Daciano decidió que los dos hermanos fuesen degollados, lo que parece que tuvo lugar hacia los primeros días de agosto del año 305 ó 306.

Esta es la piedra sobre la que la tradición dice que fueron martirizados los dos hermanos. FOTO: J.M.G.
Esta es la piedra sobre la que la tradición dice que fueron martirizados los dos hermanos. FOTO: J.M.G.
Dos detalles de la espléndida bóveda que cubre este lugar tan íntimo de la catedral magistral complutense. FOTO: J.M.G.
Dos detalles de la espléndida bóveda que cubre este lugar tan íntimo de la catedral magistral complutense. FOTO: J.M.G.
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Otro detalle de la bóveda de la cripta. FOTO: J.M.G.
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En el muro occidental se puede ver, en el centro, la piedra del martirio y a ambos lados, dos relicarios. FOTO: J.M.G.

   Los niños fueron martirizados cerca de Complutum, en el denominado, por su causa, Campo Laudable, donde primero se le cortó la cabeza a Justo y seguidamente a su hermano. La piedra sobre la que se les dio muerte es la que se expone en la catedral. Cuando Daciano se fue de Complutum los cristianos sepultaron los cuerpos de los niños al lado de la piedra mencionada. Allí les edificaron una capilla para honrar por siempre la memoria de aquellos infantes. Según la tradición, Justo tenía siete años y su hermano, nueve.

Vista del interior, con el arcosolio que acoge el frontal de altar sobre el que se halla la urna, en el muro oriental. A ambos lados están sendas esculturas de los santos niños. FOTO: J.M.G.
Vista del interior, con el arcosolio que acoge el frontal de altar sobre el que se halla la urna, en el muro oriental. A ambos lados están sendas esculturas de los santos niños. FOTO: J.M.G.

   De este martirio quedan testimonios históricos como los de El Pasionario hispánico, titulado
La Pasión de Justo y Pastor, del siglo VI; el testimonio del poeta Prudencio de Calahorra  en su Libro de las Coronas, del siglo IV; el testimonio de Paulino, obispo de Nola, de la misma centuria y San Ildefonso de Toledo en Sobre los varones ilustres, siglo VII.

   Esta cripta debe su actual aspecto a las obras en ella realizadas a lo largo del siglo XVI. Su planta es circular. Para acceder hay dos portadas magníficas del renacimiento español. Se cree que son obra de Manuel Álvarez. La bóveda es espectacular, con sus casetones. Allí, en aquel silencio, todo remite a los sucesos del siglo IV en un ambiente de paz. El arca que contiene los huesos es de plata y fue realizada por los hermanos Zureño, en el año 1702. Las reliquias de los dos jóvenes mártires se custodian en Alcalá desde el 7 de marzo del año 1568, pues se hallaban en Huesca. A la cripta se puede descender en cualquier momento durante el horario de apertura de la catedral.

Publicado enHistoriaPatrimonio

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