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El Irrio de Castro Caldelas vigilará la villa desde una fachada

La imagen de la máscara local adorna una fachada lateral del edificio de viviendas de maestros. FOTO: Cedida.
La imagen de la máscara local adorna una fachada lateral del edificio de viviendas de maestros. FOTO: Cedida.

JESÚS MANUEL GARCÍA. Desde ahora el personaje más especial de Castro Caldelas, O Irrio Peliqueiro, estará visible todos los días del año desde una fachada del edificio de viviendas de maestros. Se trata de un macromural que acaba con la fealdad del inmueble en el que se halla de modo que, como asegura la alcaldesa, Sara Inés Vega, contribuye así a hacer de la Rúa dos Pilos «un escaparate de humanización». Son autores de esta pintura los artistas Xoana Almar y Miguel Peralta, de la cooperativa Cestola na Cachola, que según Vega potenciará el patrimonio caldelao. Para este trabajo se cuenta con el apoyo del Consorcio de la Ribeira Sacra.

   Según Vicente Risco esta máscara derivó del carnaval a la fiesta de la patrona de la villa, por tanto pasó de una fiesta pagana a otra religiosa. Incluso deja ver que el verdadero origen se pierde en el tiempo. Para el investigador Enrique Bande es posible que el Irrio haya sido en su momento la máscara de un ser grotesco de los que salían en la procesión del Corpus, antes de que la propia Iglesia eliminara de esta procesión todo elemento profano y carnavalesco. Aún quedan en algunos puntos de España personajes como los enanos y cabezudos que salen en alguna procesión del Corpus. Hay incluso quienes quisieron ver en esta máscara caldelá una representación de la nobleza y sus administradores o recaudadores.

Estado del dibujo antes de ser terminado. Aquí presenta la boca con dentadura sin más. En el dibujo final en los ojos y oca se adivina un cielo nocturno. FOTO: Cedida.
Estado del dibujo antes de ser terminado. Aquí presenta la boca con dentadura sin más. En el dibujo final en los ojos y oca se adivina un cielo nocturno. FOTO: Cedida.

   Para otros es un defensor del pueblo. Según Olegario Sotelo, buen conocedor de su tierra, el Irrio, como también defiende Risco, tiene origen totémico. Pero sin duda estamos hablando del elemento más típico del folklore local. También se le llama Irrio peliqueiro porque porta una piel, pelica, de oveja que azota simbólicamente a los vecinos, pues es uno de sus derechos. Sale acompañado por gaiteiros en la procesión y el pueblo lo respeta. Antiguamente iban con él otras máscaras que, según Vicente Risco, eran las pantasmas que llevaban junto a sus manos guantes rellenos de serrín de modo que les colgaban y balanceaban al bailar.

   En el año 1951 el entonces alcalde de Castro Caldelas, Jesús Losada, publicó un bando el 7 de septiembre, según el cual  la persona del Irrio es inviolable y a nadie le está permitido maltratarlo por lo que todo ciudadano queda obligado “a tolerar sus persecuciones y golpes, siempre que estos sean dados moderadamente con el ‘pelico”. Por medio del histórico y original bando se ruega a los tenedores de productos como “fruta, barquillos, etc. toleren las apropiaciones que el Irrio efectúe, siempre que se mantengan dentro de los límites de prudencia que las antiguas y notorias normas consuetudinarias permiten”.

O Irrio de Castro Caldelas. FOTO: J. M. G.
Máscara original del Irrio de Castro Caldelas, que se guarda en una vitrina del Concello. FOTO: J. M. G.

   Al Irrio se le puede insultar pero siempre que tales insultos “no constituyan ofensa a la moral, desprecio a la tradición ni menoscabo a la decencia”. Si hubiere algún momento en el que el Irrio se excediese en sus acciones, a nadie le estará permitido recriminarle, pues en ese caso hay que dar cuenta a la única autoridad competente, la de la alcaldía, “para imponerle la condigna sanción, previa comprobación de lo denunciado”. Este bando es, pues, un documento delicioso para regular oficialmente el papel de esta máscara, “personificación y símbolo de estos antiguos y brillantes festejos, y en virtud de lejanos títulos, corroborados por constante e inmemorial uso (praeter y secundum legem), es titular de singulares prerrogativas inherentes a su alta significación que nadie debe desconocer y menos vulnerar”.

Publicado enArteCastro Caldelas

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