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Los raíles de un tranvía a medio camino

Tramo de raíles recuperados en la calle Antonio Palacios. FOTO: V. Escudero
Tramo de raíles recuperados en la calle Antonio Palacios. FOTO: V. Escudero

JESÚS MANUEL GARCÍA. El Concello de O Porriño tuvo el acierto de recuperar, como recuerdo de su pasado reciente, un pequeño tramo de la vía del tranvía. Pasó de mantener a la vista y protegidos con acero y metacrilato unos metros de raíles en la plaza a lucir, en la calle Antonio Palacios, los raíles empotrados en el adoquinado, como estuvieron siempre en los buenos tiempos de este medio de transporte. Es parte de una recta ya borrada que llevaba a los vagones de viajeros hacia las cocheras, ubicadas donde hoy se levantan edificios de viviendas.

   Esta vía pertenecía a la red tranviaria de Vigo, en el ramal que comunicaba el centro de la ciudad olívica con esta villa y que, en principio, debería llegar hasta el balneario de Mondariz. Problemas económicos dejaron el final de trayecto en la villa porriñesa. Era la línea más rural de toda la red. Como dice Giráldez Lomba, lo que sí propició la unión con O Porriño fue la mejora de las comunicaciones con Vigo puesto que tanto el ferrocarril como el automóvil ofrecían un servicio escaso. Del tranvía Vigo-Mondariz se empezó a hablar en los periódicos a partir del año 1887. La Gaceta de Madrid del 14 de junio de 1895 daba cuenta de la aprobación de la concesión a Antonio Álvarez Redondo de una línea de vía estrecha entre Mondariz y O Porriño, pasando por Ponteareas. Dos años más tarde Álvarez traspasó su concesión a Enrique de Osso y surgió la posibilidad de efectuar una variante de modo que hubiese una comunicación directa entre Redondela y Mondariz.

Detalle de la vía que va paralela a la fachada monumental del Concello de O Porriño. FOTO: V. Escudero.
Detalle de la vía que va paralela a la fachada monumental del Concello de O Porriño, ubicado a la izquierda de la imagen. FOTO: V. Escudero.

   En 1902 el ingeniero José Boras propuso un proyecto de tranvía Vigo-Mondariz siguiendo la vieja carretera Vigo-Villacastín y pasando por O Porriño y Ponteareas. Aquel plan tenía como empresa concesionaria a Iberia Concesionaria, cuya cabeza visible era Eugenio Montero Villegas. Esta iniciativa cayó bien en la Diputación de Pontevedra, y causó interés en la burguesía local. Al año siguiente la corporación municipal de O Porriño se opuso a que el tranvía pasase por el centro de la villa porque entorpecería la circulación en los días de mercado, siendo por ello un peligro. Con todo, se constituyó una comisión de vecinos a favor del tranvía y en marzo de 1903 la americana Westinghouse enviaba a sus ingenieros para ver in situ el trazado de la línea. Dicha compañía pretendía afrontar la construcción de la línea con una sociedad catalana representada por Aventino Guillén. En 1904 nacía en Madrid la Sociedad Eléctrica Miño entre cuyos socios figuraba Enrique Peinador. El objetivo era unir O Porriño con Mondariz. Consiguieron una suscripción popular de 8.000 aciones a 500 pesetas cada una. En 1907 se comunicaba oficialmente la concesión de un tranvía eléctrico a Porriño.

Detalle de un rail en medio de dos tipos de pavimento pétreo. FOTO: J.M.G.
Detalle de un rail en medio de dos tipos de pavimento pétreo. FOTO: J.M.G.

   El proyecto de llegar a Mondariz no llegó a culminar a pesar de los intentos de Peinador, dueño del prestigioso balneario de Mondariz, que gozaba de renombre internacional. La Primera Guerra Mundial frenó el éxito del proyecto pues el material se había encargado en varios países europeos, por ejemplo los raíles estaban pedidos a Bélgica. A ello se sumó, en 1917, el fallecimiento de Enrique Peinador, principal defensor del tranvía a la villa balnearia.

   Al menos la línea Vigo-O Porriño era más directa que la del tren, porque esta última daba y da todavía hoy rodeo por Redondela. Los primeros coches de viajeros que circularon por la vía estrecha hasta O Porriño lo hicieron en febrero de 1920. Estaban pintados en amarillo. Este medio de transporte revivió las relaciones de todos los pueblos de la zona con la ciudad olívica, tanto en lo social como en lo económico. El billete desde la villa porriñesa a Cabral costaba 1,05 pesetas y llegar a Vigo suponía una hora y media de viaje.

     Los turistas que viajaban a Vigo en vapor desde cualquier punto de Europa o América y continuaban en tren hasta O Porriño, llegaban a Mondariz en carruajes, servicio  costeado por Enrique Peinador. El primer servicio de tranvía partía de O Porriño hacia Vigo a las cinco de la mañana y recogía viajeros en las paradas denominadas Calle Nueva, justo donde confluyen las calles Antonio Palacios y Domingo Bueno; Central y Cobas, en el barrio de As Angustias. Desde alli enfilaba hacia Sanguiñeda y en él viajaban los hombres y mujeres del medio rural que a Vigo iban con el objetivo de vender sus productos agrícolas. Llevaban leche, verduras, leña, pan… Y también viajaban los obreros que trabajaban en las fábricas viguesas.

Dos billetes originales sin usar del tranvía vigués. Archivo J.M.G.
Dos billetes originales sin usar del tranvía vigués. Archivo J.M.G.

    Hoy este pequeño tramo de vía recuerda tantas vivencias y a tantos vecinos que se valieron del tranvía como medio de desarrollo. El provocado en su época por un medio de transporte que nunca debiera haber desaparecido.

-Para mayor detalle sobre esta línea puede consultarse: GIRÁLDEZ LOMBA, A. : Recordando los tranvías de Vigo, Pontevedra, Diputación de Pontevedra, 2005, pp. 151-176: GIRÁLDEZ LOMBA, A. y PEREIRA, E. : Los tranvías de Vigo en el recuerdo, 1914-1968, Vigo, Instituto de Estudios Vigueses, 2014, pp. 70-75.

Publicado enO PorriñoPatrimonioTransportesVigo

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