JESÚS MANUEL GARCÍA. Merece la pena ver la exposición de Fernando Barreira Mateo en el histórico edificio de A Paneira de Allariz. Este artista ha sabido plasmar la historia más reciente de la villa, la que sus vecinos quisieron escribir. AllarizÉ es su título. Propios y forasteros hemos visto esta narración entre los muros del histórico inmueble rehabilitado en 1998 que se ubica frente a la iglesia medieval de Santiago.
Barreira sabe muy bien lo que hace y lo que quiere transmitir con su personal estilo. Lo que se cuenta es lo que en Allariz denominan revolta do 1989. Y se cuenta con estilo y gracia. Basta ver personajes y las posturas y gestos con que han sido representados. Y mucho simbolismo, más allá de las truchas. Supo Barreira resolver esta narración artística y satisface al visitante, por los miles que acudieron a ver su trabajo. Emplea el color preciso y los motivos precisos. La historia alaricana de finales del XX y principios del XXI a modo de viñetas en los muros de A Paneira. Con la menina aquí llamada a representar a la reina Doña Violante. Con Xan de Arzúa, con la especial Abrideira y los retablos de piezas únicas al fondo barroco del espacio expositivo. Genio y figura de un gran artista, Fernando Barreira. Acumuló emociones y, sin interesarle cómo se diseñó aquella revolta, él ilustró lo que esas emociones le sugirieron.
En cada cuadro no es difícil saber quién o quiénes están allí reflejados. Mucho menos para los alaricanos. Un tríptico que representa la Crucifixión de Cristo viéndosele tan solo los pies clavados a la cruz y, dos soldados semidesnudos a ambos lados. He ahí una exposición que ha supuesto un trabajo o un proyecto coral, aunque la batuta magistral la haya llevado Barreira, sobre sus lienzos. Grandioso.
A Barreira también se le puede ver obra en una segunda exposición que también se está desarrollando en Allariz. Bajo el título Caras&Baratas se exponen en la sala A Fábrica 28 pequeños lienzos con temas relativos a pájaros, mujeres y juguetes.
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