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Celanova desde lo alto de la torre monacal

La torre forma parte del paisaje monumental de la villa. FOTO: J.M.G.
La torre forma parte del paisaje monumental de la villa. FOTO: J.M.G.

   JESÚS MANUEL GARCÍA. Desde el año 2013 subir a la Torre de las Campanas o Torre del Reloj de Celanova se ha convertido en un nuevo atractivo de la villa. Se trata de la torre del monasterio, edificio de propiedad municipal, que fue restaurada y acondicionada por dentro para albergar un pequeño museo. Celanova sigue así en Ourense una iniciativa, a muy pequeña escala,  iniciada años atrás por la Catedral de Salamanca, que mantiene con éxito la exposición de recorrido vertical Ieronimus, que permite recorrer sus torres y cubiertas. En el caso de la villa de San Rosendo, las estancias interiores de la torre de los abades albergan la obra del artista Ocaña.

Detalle de la maquinaria del reloj. FOTO: J.M.G.
Detalle de la maquinaria del reloj. FOTO: J.M.G.
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Panorámica del Claustro do Poleiro desde la torre. FOTO: J.M.G.

   En la inmensa mole que representa el actual edificio del otrora monasterio benedictino, sobresale este elemento arquitectónico ubicado al sur del templo, entre este y el primer claustro. Para subir a esta torre hay que acceder primero al claustro barroco, caminar hasta el muro de la iglesia donde se halla una puertecilla que permite entrar en el cuerpo propio de la torre y comenzar la subida.  En uno de los pisos se conserva la maquinaria del viejo reloj.

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La calle Encarnación desde lo alto. FOTO: J.M.G.
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La plaza Maior de la villa, allá abajo. FOTO: J.M.G.

  Seguimos ascendiendo hasta llegar al campanario, desde el que se contempla toda la villa y sus alrededores. Estamos en un espacio cuadrado, con dos huecos para campanas en cada una de sus cuatro fachadas, como sucede con la torre mayor de la catedral ourensana, solo que en el caso de Celanova el número de campanas es de únicamente tres, y son propiedad del Concello.

Exterior de la cúpula y linterna sobre el crucero de la iglesia. FOTO: J.M.G.
Exterior de la cúpula y linterna sobre el crucero de la iglesia. FOTO: J.M.G.

   Impresiona divisar la plaza Maior de la villa, o la linterna de la cúpula del crucero de la iglesia, que casi la vemos a la misma altura a la que nos encontramos. Esta torre sigue los cánones clasicistas y su ubicación entre la iglesia y el primer claustro puede deberse a que aprovecha otra torre primitiva. En la documentación se habla de Fray Pedro de Castro que hizo la torre a finales del siglo XVI.

Dos de las tres campanas municipales. FOTO: J.M.G.
Dos de las tres campanas municipales. FOTO: J.M.G.

   El profesor Bonet Correa sospecha que la actual la haya diseñado Melchor Velasco aunque trabajaran en ella otros maestros, y que posiblemente hacia 1768 fuese acabada por Fray Plácido Iglesias. La balaustrada y el cuerpo de campanas pueden estar inspirados en la torre de las campanas de la catedral de Santiago.

   El cuerpo principal tiene un arco de descarga en cada una de las cuatro caras. Es una estructura fuerte, como se aprecia al recorrerla por dentro. Al exterior se conserva una esfera de porcelana del viejo reloj instalado a principios del siglo XIX por el ferrolano Antelo Lamas. Los vecinos de la villa y los turistas en general pueden ver Celanova y su monasterio desde lo alto.

   Subir a esta torre y ver la exposición Rudesindus se puede hacer de martes a sábado, al mediodía y a las 17.30 horas. Los domingos hay un paquete turístico denominado Pedra e Poesía, que inclute el monasterio de San Salvador, capilla de San Miguel, Torre de las Campanas y la Casa dos Poetas, en horario de 16.30 a 18.30 horas. Con reserva previa y un mínimo de ocho personas.

El claustro Barroco no se escapa a la vista. FOTO: J.M.G.
El claustro Barroco no se escapa a la vista. FOTO: J.M.G.
Parte superior trasera de la fachada principal del templo barroco. FOTO: J.M.G.
Parte superior trasera de la fachada principal del templo barroco. FOTO: J.M.G.
Publicado enCelanovaOurensePatrimonio

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