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Las pesqueiras de Arbo: cultura tradicional en el Miño

Paisaje fluvial del Miño desde el tren a su paso por tierras de Arbo. FOTO: J.M.G.
Paisaje fluvial del Miño desde el tren a su paso por tierras de Arbo. FOTO: J.M.G.

JESÚS MANUEL GARCÍA. Yendo en tren durante el día entre Ourense y Vigo y viceversa, se divisa muy bien en el río Miño, al llegar a la zona comprendida de Arbo, las famosas pesqueiras. Si viajamos desde la ciudad de As Burgas a la ciudad olívica, es mejor ir sentados junto a las ventanillas de la izquierda y si el viaje es a la inversa, las de nuestra derecha. Porque las mejores vistas están mirando al río. El Miño, cauce que lleva siglos de cultura por donde pasa, tiene aquí un interesante vestigio etnográfico.

Otra vista de una pesqueira de lamprea. FOTO: J.M.G.
Otra vista de una pesqueira de lamprea. FOTO: J.M.G.

   En los primeros años del pasado siglo un teniente de navío se maravillaba de que en un tramo de algo más de 20 kilómetros de río había setecientas pesqueiras. En ellas se pescaba y pesca la lamprea. Lois Ladra hace referencia a la presencia de las pesqueiras en los documentos a partir del siglo XII en Arbo y se fueron sucediendo más hasta finales del Antiguo Régimen. Las pesqueiras de los ríos gallegos estuvieron relacionadas con los monasterios.

En un tramo de 25 kilómetros de río se llegaron a contar a pirncipios del siglo XX setencientas pesqueiras. FOTO: J.M.G.
En un tramo de 25 kilómetros de río se llegaron a contar a pirncipios del siglo XX setencientas pesqueiras. FOTO: J.M.G.

   En Arbo se pesca lamprea con varias artes y así tenemos las fisgas, usando redes conocidas como lampreeiras, con cabaceiras y vituróns. En el libro O mar e os ríos Xaquín Lorenzo, Xocas, describe muy bien las pesqueiras del Miño. El pesco es esa estructura de piedras que se construye en zonas de corrientes vivas o cachóns en las que los canteros de Pontevedra levantaban potentes muros de piedra colocando cada bloque de granito sobre el inferior, sin más. Ladra señala que en tiempos recientes entre bloque y bloque se colocaba mortero de hormigón.

   El utensilio de pesca más importante usado en los pescos es el viturón, es decir, una red en forma cónica en cuyo interior dispone de una red más fina. La boca de este cono es un arco hecho con laurel. Dependiendo de los años, los pescos de montan entre enero y mayo o junio. La lamprea se pesca en horario nocturno, por lo que los pescadores acuden cada dos horas a vigilar la instalación. Ladra indica que la pesca del más popular de los ciclóstomos es un oficio masculino siendo precisa la participación de uno a tres hombres para desarmar las redes, dependiendo del peso provocado por las capturas. En los mejores momentos un pesco podía albergar más de doscientas lampreas.

   Para desarmar las redes en Arbo tradicionalmente no se usa barca, dice el investigador. Se acude a operar en ellas a pie. Las pesqueras son de propiedad particular y se pasan de generación en generación. Todos los pescos están matriculados. Los de Galicia se dientifican con una placa negra sobre fondo blanco, al contrario que las portuguesas. Y si un pesco queda tres años sin ser utilizado la Marina lo da de baja.

Referencias:

GONZÁLEZ TRONCOSO, A. : “Lampreas, pescos e lampreeiros de Arbo. Estudio Etnolóxico”, en Pontenova, 4, 1999.

LADRA, L. : A pesca tradicional nos ríos de Galiza, Santiago de Compostela, Sotelo Blanco, 2008.

LORENZO FERNÁNDEZ, X. : O mar e os ríos, Vigo, Galaxia, nº. 13, 1982.

Publicado enEtnologíaPatrimonio

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