JESÚS MANUEL GARCÍA
Vamos a ver. Si privatizas un servicio público, al menos que sea para que funcione mucho mejor. Entonces, ¿qué ocurre con la empresa en cuyas manos pones el servicio de cátering de hospitales y colegios? ¿Por qué sirve los menús quemados, escasos a veces, que incumplen lo establecido por el médico otras; salados también? ¿Por qué aparecen gusanos? ¿Por qué la hamburguesa del paciente de 5 años viene cruda? Pero hay más. ¿Por qué más de veinte colegios de Castilla y León denuncian que en sus comedores esta empresa les sirve comida con larvas? ¿Qué diablos está pasando? ¿A quién estamos regalando el dinero público? ¿Con qué finalidad, en el fondo? ¿Por qué no cumple exquisitamente con lo establecido? Y si cumple, ¿por qué está pasando lo que está pasando de todos modos? A algunos no les dolerá tirar el dinero público. A mí sí. Mucho.
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