JESÚS MANUEL GARCÍA. El monje Alfonso Lora Astudillo ha sido nombrado como nuevo superior de la abadía cisterciense de Oseira. El acto tuvo lugar el pasado lunes, 9 de noviembre, en la sede del Obispado de Ourense. El abad de San Isidro de Dueñas, Dom. Juan Javier Martín Hernández, osco, comisionado por el Abad General de la orden cisterciense y en presencia del obispo de Ourense, Leonardo Lemos Montanet, hizo el nombramiento de Lora Astudillo para la abadía de Santa María la Real de Oseira. Este nombramiento se hará efectivo a partir del miércoles, 11 de noviembre, fiesta de San Martiño de Tours.
El pasado mes de junio finalizaba el servicio como superior ad nutum de Oseira el sacerdote y monje cisterciense Gerardo-Luis Martín Sánchez, ocso, con estabilidad en el monasterio de San Isidro de Dueñas. Durante todo el verano y lo que va de otoño hubo un período de discernimiento y consultas pertinentes con la comunidad y con el Abad General de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia, Dom. Eamon Fitzgerald, ocso, para obtener su autorización, de acuerdo con el estatuto 39.2 de las Constituciones de la orden.
El abad de San Isidro y anterior abad de Oseira, Juan Javier Martín, pide, refiriéndose a Astudillo «una oración sincera por él y por la Comunidad a la que servirá como pastor bueno y solícito». El nuevo superior recibirá las sagradas órdenes por el obispo ourensano en los próximos días.
Alfonso Lora Astudillo nació en la localidad sevillana de Fuentes de Andalucía hace 65 años. Ejerció su profesión de enfermero en la capital hispalense antes de ingresar en Oseira el 23 de enero del 2008. En el monasterio ourensano hizo su profesión perpetua el 11 de julio de 2013, coincidiendo con la solemnidad de San Benito. Es un hombre afable y simpático que ha conseguido el parabien de todos los hermanos de la comunidad para ejercer su representación.
El monasterio de Oseira es el más grande de Galicia y gracias a que está habitado por los monjes blancos, permite conocer el modo de vida de esta orden medieval que fue la gran impulsora de la agricultura en Europa. Su reforma tiene su importancia en que estos monjes llevaron a cabo o favorecieron la repoblación o la colonización interior a través de la concentración de propiedades agrarias diseminadas. Desarrollaron desde su fundación en el siglo XII un sistema de explotación de la tierra mediante el trabajo personal y directo de todos los integrantes de la comunidad monacal, practicando una inteligente gestión económica que no habían sabido llevar a cabo las autoridades laicas del momento ni tampoco los monjes benedictinos o negros, de los que salió la orden del Císter o de los monjes blancos.
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