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Una grieta menos en la Catedral de Ourense

JESÚS MANUEL GARCÍA. Estructuralmente hablando, la Catedral de Ourense se encuentra en un estado excelente. Ello no implica que, de vez en cuando, como es normal en edificios centenarios, se produzcan achaques. En la primera mitad del año 2013 se detectó una fisura en un salmer y la dovela siguiente, concretamente sobre el pilar que delimita el primer tramo de naves, partiendo del crucero, y que separa la nave lateral norte de la principal o central. Tras un funcionamiento mecánico de siglos, la citada piedra de la que arranca el arco apuntado de dicho tramo, se produjeron al menos dos grietas importantes, quedando parte del bloque granítico separado y con cierta inclinación.

Detalle de la grieta con los testigos. Foto: J. M. García.
Detalle de la grieta con los testigos. Foto: J. M. García.
Detalle de la grieta solucionada. Foto: Manuel Seoane.
Detalle de la grieta solucionada. Foto: Manuel Seoane.

   Los técnicos se pusieron a trabajar y lo que decidieron fue observar la evolución de esa rotura de la piedra. Para ello colocaron un testigo de yeso. De ese modo estuvieron el salmer y la dovela superior vigilados durante todo el resto del año 2013, durante todo el 2014 hasta que el pasado mes de marzo, al comprobar que el problema no representaba de momento peligro de desplome, fue afrontada su solución. Mediante un andamiaje fue posible eliminar el testigo y empujar la parte del bloque separada, por el lado norte del pilar y del salmer, suprimiendo el espacio provocado por el estallido pétreo. Tal y como observó el arquitecto de la basílica, Manuel Seoane, se descubrió que en esa piedra había ya una grapa metálica, lo que indica que el problema “viña de vello”, señala el técnico. No olvidemos que la zona donde se produjo la grieta es el primer tramo de naves. Tanto  este como el segundo, son los más antiguos de cuantos se van sucediendo hasta llegar al nártex del Pórtico do Paraíso.

   La catedral, como la gran mayoría de este tipo de templos medievales, se comenzó a construir por su cabecera, primero la capilla mayor, luego los brazos norte y sur del trsansepto con sus ábsides menores y absidiolos, para seguir con las naves, en este caso los dos primeros tramos puesto que los demás pertenecen a otra campaña constructiva diferente. A medida que los maestros de la época levantaban ese primer tramo, debió de producirse una desviación en el mismo, es decir, una ligera curvatura de los pilares que hoy vemos. Al doblarse hacia atrás, con el paso de los siglos, se habría producido el estallido que provocó la grieta del salmer mencionado.

   Los maestros constructores, en vez de enderezar los pilares de nuevo, decidieron continuar con la construcción. Al cabo de más de 800 años, surgió el achaque que motiva este artículo. Hoy apenas se nota la fisura, que ha sido disimulada al unir ambas piezas separadas. De momento el edificio sigue funcionando bien. Su estabilidad es buena. Se ha hecho un gran trabajo. En las ilustraciones se aprecia la grieta con su testigo y el arreglo.

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Las obras se realizaron la pasada primavera. Foto: Manuel Seoane.    
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Primer plano de la rotura del salmer y primera dovela. Foto: Manuel Seoane.
Publicado enCatedral de Ourense

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